Eugenio despierta de una resaca post festiva y se encuentra en el salón de casa con un entorno desastroso: vasos, botellas, ceniceros llenos de colillas, restos de consumo de estupefacientes varios... Encuentra el televisor encendido y el argumento de la película que emite la televisión coincide en algunos detalles con el trance que está comenzando a sentir en sus propias carnes. Para evadirse, al menos durante un rato, decide hacerse un porro con los restos de una piedra que encuentra entre la montaña de vestigios que hay sobre la mesa, pero no encuentra papel. Accidentalmente localiza una Biblia entre tanta montaña de libros....
Mientras disfruta de su tabaco aliñado, llaman a la puerta, se da cuenta de lo tarde que se ha hecho y parece que a priori tenía una cita con alguien. Al abrir encuentra a unos testigos de Jehová...